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Somos una asociación sin ánimo de lucro. Fundada en Burgos en el año 2004, proporcionamos información y apoyo a las madres que quieren amamantar.

miércoles, 3 de octubre de 2018

Cuidado de la espalda durante el embarazo

Desde madres de la leche de Burgos vamos a iniciar una serie de artículos dedicados al cuidado de la espalda de las madres durante el embarazo y después del nacimiento del bebé. 

En esta primera entrada vamos a explicar un poco de anatomía para entender el porqué de los cambios físicos que notamos, y cómo se traducen en distintas molestias. Así como los cuidados que desde la seguridad social se deberían dispensar a todas las madres que lo necesiten, y que desgraciadamente a día de hoy se están condenando al ámbito privado. Aprovechamos para hacer un llamamiento a los poderes públicos para que el cuidado de nuestras mujeres embarazadas se convierta en una prioridad. En el caso que nos ocupa se propone un tratamiento desde el punto de vista de la fisioterapia.

Dar vida es una de las experiencias más extraordinarias en la vida de una mujer. Durante nueve meses el cuerpo se modificará para adaptarse al nuevo bebé. Las modificaciones hormonales y anatómicas van a producir distintas molestias. Una de las más frecuentes es el dolor de espalda.

A continuación explicamos los cambios anatómicos más importantes. Toda la anatomía del vientre, músculos, órganos y huesos se hará más grande, se moverá e irá evolucionando.

1) Útero
Es el órgano que más va a cambiar, sin duda. Según avanza el embarazo, se desarrolla dentro de la cavidad abdominal y va ejerciendo una presión constante sobre los órganos de la pelvis y los abdominales. 

A los dos meses el útero tiene el tamaño de una naranja. Aproximadamente 8 cm.




A partir del cuarto mes el útero sube hasta el ombligo. Esto provoca la separación de la línea alba, que es la estructura tendinosa que recorre de manera descendente la línea media del abdomen.





Séptimo mes: los órganos del abdomen son empujados hacia arriba y oprimen el diafragma, lo que produce una separación de las costillas



Noveno mes: El útero afecta ahora al tórax. La mujer se queda sin aliento fácilmente por cualquier actividad cotidiana. Los músculos abdominales anteriores se elongan una media de 15 cm. 



Consecuencias: 

Las modificaciones anatómicas sufridas son en muchas ocasiones dolorosas. Las molestias más comunes son:

- Dolores de espalda, sobre todo lumbares y ciáticos.

- Contracciones reflejas de los abdominales que se oponen a la elongación que sufren, sobre todo en pacientes muy deportistas con músculos muy tonificados.

- Molestias respiratorias, como quedarse sin aliento, debidos a la expansión del abdomen y al movimiento del bebé. A veces también se sufren dolores intercostales.

- Ganas de orinar más frecuentes, sobre todo por la noche, y eventualmente incontinencia de esfuerzo (al toser, reír, estornudar...)

- Problemas circulatorios o sensación de piernas pesadas, más marcado en verano y en el último trimestre.

- Un sobrepeso eventual puede aumentar estos problemas.

Para mejorar estos síntomas vamos a dividir los cuidados: intervenciones durante el embarazo, e intervenciones después del embarazo. En esta primera entrada sobre el tema nos centraremos en las intervenciones durante el embarazo.

La espalda se va adaptando a medida que avanza el embarazo. Los dolores lumbares tienen varias explicaciones:

1.- El aumento del volumen uterino produce un desplazamiento del centro de gravedad, y un aumento de la curvatura lumbar. Se produce una sobrecarga ponderal debida al aumento de peso y al crecimiento del bebé.

2.- Una distensión de la pared abdominal con pérdida de la tonicidad produce un desequilibrio a nivel de la pelvis. Los antecedentes de lumbalgias aumentan el riesgo.

Tratamientos propuestos:

1.- Masajes antiálgicos y descontracturantes.

2.- Flexibilización de espalda y miembros inferiores.

3.- Aprendizaje de retroversión de pelvis y autoelongaciones activas de raquis para tonificar músculos.

4.- Consejos para adoptar mejores posturas en la vida cotidiana.

5.- Preparación física y consejos para la práctica deportiva: natación, bici, estiramientos, marcha....

6.- Toma de conciencia para ejercitar el suelo pélvico.

Estas sesiones se deberían completar con ejercicios generales adaptados a las necesidades de la mujer embarazada. Tendrán como objetivo preparar el parto y conservar una buena tonicidad global del cuerpo.

Dos ejercicios para hacer en casa:

1.- Sentada en un taburete separamos las piernas unos 30 cm. Hay que mover la pelvis de delante hacia atrás con las manos apoyadas sobre las caderas y controlando el movimiento. Después giramos izquierda a derecha.

2.- Sentada también efectuamos movimientos de rotación de la pelvis, con los pies inmóviles. 

Estos ejercicios sirven para flexibilizar la espalda y conservar la movilidad de la zona lumbar. Si ya existe dolor, la futura mamá encontrará estos ejercicios difíciles. En estos casos un consejo: tumbada en el suelo sobre una esterilla, colocar a nivel del cóxis una pelota de espuma y respirar tranquilamente para ir relajando la zona. La pelota se puede mover a distintas zonas dolorosas: a nivel de la línea occipital, o a la altura del cierre del sujetador si los dolores son más en la zona de la nuca o de los trapecios. 

Estos ejercicios sólo llevan unos minutos y relajan rápidamente. Si el dolor persiste no dudes en ponerte en contacto con tu médico o tu fisioterapeuta. 



Bibliografía: Laurie YVALUN (fisioterapeuta) y el equipo de rééducation del Hospital privado de Parly 2

Isabelle Gambet-Drago, fisioterapeuta y autora de "Bébé bonheur"





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